La batalla por el planeta: ¿quiénes ocasionaron la crisis climática?

Continuamos nuestra serie de Guerras culturales, en la cual ahondamos en los principales temas en los que actualmente las personas están dándose con todo. Esto como parte de una confrontación en ideologías, discursos y maneras de entender el hoy.

En esta ocasión abordaremos las visiones sobre el cambio climático y cómo éste ha pasado a través de las diferentes generaciones.

Ni culpables ni inocentes

La emergencia climática que enfrentamos en la actualidad es uno de los desafíos más apremiantes para la humanidad. Según muchxs expertxs si no hacemos algo al respecto, el daño puede ser irreversible en unos años más.  

A medida que buscamos soluciones y responsabilidades, surgen las preguntas: ¿Por qué las personas están obsesionadas con echarle la culpa a ciertas generaciones? o ¿Son todas las generaciones igualmente culpables de esta crisis? El roce generacional en relación con el cambio climático es un tema intrigante que merece ser explorado. 

Es importante reconocer que la responsabilidad de la emergencia climática no puede atribuirse por igual a todas las generaciones. Las acciones pasadas y presentes de cada grupo generacional han contribuido de manera diferente a la crisis actual.

Lxs indiferentes: Baby Boomers

La generación posterior a quienes vivieron la Segunda Guerra Mundial, los Baby Boomers, fueron testigos de la rápida industrialización y el aumento de emisiones contaminantes. Esto, sin la conciencia plena de los impactos ambientales. 

A diferencia de la Generación Silenciosa, los Baby Boomers crecieron bajo una cultura de consumo y mostraron un cambio radical en su manera de comprar. 

Ante la prosperidad y la esperanza creciente después de los conflictos bélicos del siglo XX, se desarrollaron en una cultura donde lo importante era lograr el sueño americano.

Cosas como tener un refrigerador y una televisión, hicieron que  los consumos de energía se triplicaron. Pasaron de un total de 2,600 millones de toneladas equivalentes de carbón, en 1950, a 7,200 millones para 1970.

En ese contexto no todas las personas actuaron de la misma manera. Algunos perfiles contraculturales mostraron cierto interés por los crecientes problemas medioambientales como la famosa subcultura de los hippies.

Sin embargo, su mindset de consciencia y cuidado no permeó en la cultura dominante.

Lxs derrochadores: la Generación X

La Generación X está conformada por personas que nacieron, aproximadamente entre los años sesentas y setentas del siglo pasado. Hijxs de padres conservadores, los Xers crecieron en una época en la que el consumo de recursos, servicios y productos se aceleró de maneras descomunales. 

Durante sus infancias fueron bombardeados por publicidad y contenidos que comenzaron a construir estereotipos. Todos ellos basados en el éxito, el dinero, la belleza y el poder de una manera excesiva.

Es una generación marcada por hábitos de consumo desmedidos; sobre todo de productos de un solo uso, y bajo una total dependencia del automóvil. Derivada esta última quizá, por las grandes migraciones de los campos a las ciudades. Lo que generó mayores emisiones de Gases de Efecto Invernadero y, evidentemente, un aumento considerable en los desechos generados. 

Hoy también son una prueba de que se puede cambiar la manera de pensar. El Estudio Global de Inversión 2019 de Schroders, ha demostrado que los Xers son los más preocupados por impulsar iniciativas que frenen el cambio climático. Debido a que son la generación que cuenta con los mayores recursos económicos en estos momentos. 

Al analizar estas dos generaciones observamos como en su momento muy pocos se cuestionaron sobre los consecuencias de lo que estaba pasando. Cuando algo anda bien es mejor no preguntar… Ni tampoco hay razones para pensar en las generaciones futuras.

Para algunas personas su responsabilidad radica en la falta de acción temprana para abordar el cambio climático cuando se presentaron las primeras señales de alarma.

De hecho, en un estudio publicado por el investigador y científico austriaco enfocado en el cambio climático, Edgar Hertwich, se encontró la evidencia más fuerte: el 33% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero son por parte de las generaciones más grandes.

Los iniciadores: la Generación Y

Las generaciones mayores no concebían dentro de sus agendas políticas, económicas y sociales la problemática del cambio climático. Sine embargo, los millennials llegaron con la crisis bajo el brazo; crecieron escuchando en las escuelas que los glaciares se comenzaban a derretir y que los osos polares comenzaban a morir de hambre. 

Palabras como Gases de Efecto Invernadero se colaban entre los libros de texto de las escuelas y un largo etcétera. En pocas palabras, esto fue una primera semilla de consciencia ambiental en el mainstream. 

De acuerdo al estudio, esto provocó que los millennials fueran la primera generación que, al menos en el discurso, manifestaran una mayor consciencia de la problemática.

Por eso mismo, han adoptado estilos de vida más sostenibles, promoviendo la reducción de emisiones y la preservación del medio ambiente. 

Los años han pasado y los millennials se convierten en el grueso de la población económicamente activa. Ante esto, la premura por detener la crisis climática ha caído sobre ellxs.

Si bien asentar estilos y modelos de vida más sostenibles era parte del ser millennial, poco a poco, estxs han visto cómo se desmoronan esos deseos de frenar la enorme bola de nieve en la que todxs estamos inmersxs.

Lxs ecoansiosxs: La Generación Z

El nuevo siglo llegó y con ello otra generación apareció.

Los centennials o Gen Z son quienes han dado un paso más allá en la sensibilidad hacia la catástrofe climática que se avecina. 

Y es que no podía ser de otra forma. La mayoría se encuentra en los 20 años, el momento para comenzar a pensar a futuro, para querer descubrir el mundo.

Pero, ¿qué Venecia van a conocer? ¿Cómo planificarán un futuro si recientemente se publicó que en 2027 hay un 60% de probabilidad de que se sobrepase la temperatura del planeta? 

Ante esta presión, actualmente los centennials son quienes han establecido un activismo más reaccionario ante el cambio climático. Su arrojo y desfachatez les ha brindado el impulso necesario para crear nuevas formas de protesta que, evidentemente, incomodan a los más grandes. La razón: agotar todos los medios necesarios para que el llamado de actuar ante la emergencia climática sea escuchado antes de que sea demasiado tarde.

Es necesario apuntar que las nuevas generaciones, sobre todo los centennials, han mostrado mayor activación en las medidas para revertir la situación.

Poco se habla sobre la contaminación digital: consumir contenidos vía Internet produce, en suma, una gran cantidad de Dióxido de Carbono. Si pensamos que la principal plataforma entre las generaciones más jóvenes son los ecosistemas digitales, resulta contradictorio.

Todxs navegamos en el barco llamado Tierra

Aunque no se puede culpar por igual a todas las generaciones, es fundamental reconocer las responsabilidades históricas y actuales para abordar de manera efectiva la crisis.

El diálogo intergeneracional y la colaboración son fundamentales para encontrar soluciones conjuntas y promover cambios significativos.